Sucesos anteriores al levantamiento de Gerona (I).

La concentración de tropas francesas en el Rosellón á últimos de 1807 y la entrada de un cuerpo de ejército por Navarra, alarmaron bastante a las autoridades de las provincias fronterizas y especialmente á los Gobernadores de Gerona y Figueras, pero por más que oficiaron repetidas veces á sus superiores jerárquicos pidiéndoles instrucciones para la regla de conducta que debían seguir, no tuvieron contestación alguna. Y mucho menos la obtuvieron del gobierno que esperaba tranquilamente el cumplimiento del tratado de Fontainebleau por el cual Francia y España debían conquistar y repartirse el Reino de Portugal.

Así las cosas, el Gobernador de la plaza de San Fernando de Figueras recibió el día 8 de Febrero un parte del General Duhesme, quien com á Jefe del ejército reunido en el Rosellón, le participaba que en virtud de las órdenes que tenia de su Gobierno, pasaría al día siguiente con una división de 5.400 infantes y 1.800 caballos en dirección á Gerona y Barcelona, siguiéndole las demás divisiones en los días sucesivos, por lo que prevenía, que bajo su más estrecha responsabilidad, dispusiese lo conveniente para que nada faltase á sus tropas.

"Sr. Gobernador Mendoza.-- Señores Regidores, Delás-- Burgués-- Quintana-- Vilar-- Señores Diputados, Baltá-- Befarás-- Oliva-- Pallés-- Señor Síndico Procurador general, Garrigolas-- Señor Síndico Personero, Andreu y Sans.

"En la Ciudad de Gerona á los nueve días del mes de febrero del año de 1808, los muy ilustres señores anotados á la margen (ausentes los Regidores Gelabert y Ribot) convocados en la casa morada del M. I. Sr. don Joaquín de Mendoza Mariscal de campo de los Reales exercitos, Gobernador de esta Plaza, á las tres horas de la tarde, con concurrencia de ambos síndicos, en cuya junta se hallaron tambien presentes el coronel, teniente coronel, comandante y sargento mayor del regimiento de infantería de línea de Ultonia.

"Habiendo el caballero gobernador hecho presente que acababa de recibir un expreso del Gobernador de la villa de Figueras, diciéndole que en la tarde del día de hoy debia entrar en aquella villa la primera división del Exército de observación de los Pirineos Orientales del Imperio francés al mando del General de División Duhesme, oficial de la Legión de Honor, compuesta de 5.400 hombres de infantería y 1.800 de caballería y que la misma pasaria en esta Ciudad en el día de mañana y en el día siguiente la segunda división del citado Exército y que todo lo avisaba para la inteligencia y gobierno suyo: en consecuencia se ha tratado el modo como podrían socorrer y aloxarse dichas dos divisiones no obstante de no haberse recibido aviso alguno de nuestro Gobierno del tránsito de las referidas tropas y en consideración á que no puede haber en el día de mañana contestación del Excmo. Sr. Capitán General de la Provincia á quien por medio de expreso va luego á dar parte el Caballero Gobernador.

"Acordaron en primer lugar dar y dieron comisión á D. Epifanio Ignacio de Ruiz administrador de rentas unidas de esta Ciudad, para que tomando inmediatamente la posta, pasase á la villa de Figueras, para apersonarse con el General en Gefe de las tropas francesas á exponerle que respecto de que en esta Ciudad no hay Quarteles habilitados para colocar sus tropas, se sirviese decir si queria que fuesen aloxados en las casas particulares ó en edificios grandes y le encargaron que inmediatamente de saber esta determinación, regresase para poder con alguna anticipación darse kas disposiciones convenientes.

"Enseguida se dieron varias comisiones á los individuos del Ayuntamiento para prevenir carnes, avichuelas, vino, sal, leña y demás necesidades para las referidas tropas.

"El Caballero Gobernador pasó oficcio al Director del Real Hospicio para que desocupase parte de él, para poner parte de la Caballería; como y también recado de atención al P. Guardian de S. Francisco de Asis, Comendador de la Merced, Prior de Santo Domingo, de S. Josef y P. Corrector de S. Francisco de Paula para que tuviesen abiertos sus conventos á fin de pasar alli albañiles y carpinteros para hacer pesebres interinos para la Caballería bajo la dirección de D. Guillermo Minali Comandante de ingenieros de esta Plaza, lo que se executó trabajando toda la noche y en la misma se previnieron las Boletas para los aloxamientos de la Plana mayor y oficialidad y respecto de que en el corto tiempo que queda no hay lugar para prevenir los Edificios públicos aun cuando el General Francés se convenga en que se aloxen en ellos sus tropas, se determinó que estas se pusiesen en casas particulares y como sería una confusión el entregar boletas á la Tropa respecto de que no siendo prácticos de las calles de la Ciudad, tendrían que andar mucho, siéndoles muy difícil el hallar las casas donde estarían destinados mayormente cuando los más no entenderán ni sabrán leer el Español; que á la llegada de la primera división varios individuos del Ayuntamiento los vayan distribuyendo con arreglo á las listas que se vayan formando y que mañana por la mañana se ponga un Edicto al público, anunciando la llegada de los franceses y modo como deben ser recibidos y tratados conforme más por estenso es de ver el expresado edicto del que queda aquí un exemplar insertado. Así lo acordaron dichos Iltres Señores en su Ayuntamiento, doy fé.-- Ante mí.-- Juan Perez Claras, Secretario".

Conforme á lo acordado salió inmediatamente el administrador de rentas D. Epifanio Ignacio de Ruiz y llegado á Figueras, se presentó al General Duhesme con quien estuvo conferenciando acerca la cuestión de alojamientos como más perentoria, y regresando desde luego á Gerona dió cuenta de su cometido á las autoridades, en los términos que espresa la siguiente nota copiada del Manual de acuerdos del Ayuntamiento:

"Nota.-- A las tres y media de la mañana del día de hoy diez de Febrero dee 1808 ha llegado de vuelta de Figueras D. Epifanio Ignacio de Ruiz y ha relacionado que habia visto y hablado al General de la primera División de las tropas francesas, el que ha manifestado un particular agradecimiento á la atención del Caballero Gobernador y Ayuntamiento en proponerle los medios como poder alojar mejor su tropa en esta Ciudad, espresando que siempre que fuese posible ponerla en cuarteles ó edificios públicos lo estaría mejor y que á falta de colchones ó xergones se pusiese la competente cantidad de paja buena y limpia, con lo que se contentarían sus soldados, en cuya vista se dispuso que se trajese la correspondiente para llenar todos los corredores, quartos y aulas del Colegio Tridentino y tambien en el Real Hospicio, San Josef, Quartel de Figuerola y Santa Clara que servirían para alojar la segunda división: de todo lo que hago esta nota por memoria.-- Claras".

De todas estas novedades quien más admirado quedó fué el pueblo de Gerona, que estuvo sin saber qué partido ni qué opinión formar, pues al paso que unos preveían que la entrada de las tropas francesas no podía llevar buen fin, otros se inclinaban a creer que venían de buena fé y como aliados de los españoles para la conquista de Portugal, y hasta muchos sospechaban que su venida tenía por objeto favorecer la causa del príncipe de Astúrias, en quien el pueblo hastiado de la corte de Carlos IV, tenía puestos los ojos, considerándole como el predestinado para la regeneración y salvación de la abatida España.

Sea como fuere, estas diversas maneras de pensar no se ocultaron á las atónitas autoridades, de modo que en el edicto que se publicó, anunciando las ocurrencias del día y dictando reglas para los alojamientos, se procuró dar a entender que la entrada de los franceses era cosa convenida con el Gobierno español y que por lo mismo debía considerárseles como buenos y leales amigos.

Hé aquí el contenido de este documento:

"Don Joaquín de Mendoza, Mariscal de Campo de los Reales Exércitos, Gobernador Político y Militar de la Plaza de Gerona, y su Partido, y Subdelegado de Rentas, Caminos, Correos y Postas, etc.

"Por expreso, se ha recibido noticia, de que en el día de ayer entró en la villa de Figueras la primera división del Exército de observación de los Pirineos Orientales del Imperio francés al mando del General de División Duhesme Gran Oficial de la Legión de honor, compuesta de 5400 hombres de Infantería, y 1800 de Caballería, cuya División debe llegar á esta Ciudad en el día de hoy, y pernoctar en ella; y en consideración á que un Cuerpo tan crecido de Tropas no es posible que se alojen en los Quarteles y otros Edificios Públicos, se ha mirado como por indispensable el alojarlo en las Casas de los Moradores de esta Ciudad, sin distinción de sexo, estado, y calidad, á qual fin el Muy Ilustre Ayuntamiento con su acostumbrado desvelo, y trabajando incesantemente, ha dispuesto ya el correspondiente Alojamiento en el mejor modo, y con el ménos gravamen que ha sido posible: Y para que todos los Vecinos de esta ciudad se convenzan de la buena armonía, y justas consideraciones de las tropas francesas, se ha servido el Señor General en Gefe manifestar ya, que conociendo, de que no será arbitraje que todos estos Vecinos puedan proporcionar el debido Alojamiento en los términos que corresponde á unas tropas amigas, y de tanta recomendación, que en las cas en que no puedan facilitarse á los Soldados Colchones ó Xergones, bastará que se ponga Paja limpia al suelo. En esta inteligencia, de acuerdo con el Muy Ilustre Ayuntamiento: Ordeno y Mando.

"1º. Que todos los Vecinos esta Ciudad, sean de la clase, sexo ó calidad que fueren, admitan á su Casa los Oficiales y Soldados Franceses que se les destinen, no por medio de Boleta, para evitar confusiones, sinó por alguno de los Indivíduos del Muy Ilustre Ayuntamiento, recibiéndolos con particular agrado, y como á unos verdaderos Amigos nuestros y estimados de nuestro Soberano, proporcionándoles en el Alojamiento la más posible comodidad, que cada uno pueda, con proporción á su estado y facultades.

"2º. El que por su imposibilidad no pueda dar decentes Colchones ó Xergones á los Soldados Franceses, bastará que ponga paja limpia al suelo, después de bien barrido el Quarto ó sala donde hayan de ser alojados.

"3º. Deben estar todos estos Vecinos entendidos, que no será facultativo el poner Paja en lugar de Colchón ó Xergón á los Señores Oficiales, pues á estos les corresponde por su carácter otro trato más regular, y por lo mismo se les deberá dar colchones, y ropa buena y limpia.

"4º. Se previene, que al tiempo de recibir los Alojamientos nadie dé el menor motivo, que pueda manifestar excusa cierta ó pretextada, para que se le ponga ménos Gente de la que se le destina, pues esto sería abrir camino á impertinentes recursos, que no deben atenderse á la vista de unos Amigos tan generosos, que tienen la bondad de honrarnos.

"5º. Durante el tiempo que permanecerán las Tropas Francesas se las tratará con singular afectot, proporcionándolas quantas comodidades son debidas á unos Viajantes; pues así lo exige la humanidad.

"6º. Todo vecino de esta Ciudad, desde el momento en que comienzen á entrar Tropas Francesas estará en su Casa, o hará estar Persona de su confianza, para que reciba los Alojamientos que se le presenten.

"7º. Siendo creíble, que algunos de estos Moradores no se hallaran con facultades para dar á los simples soldados colchones ó xergones; y que se hallarán en el caso de no tener paja para ponerles en su defecto; se advierte: Que el que verdaderamente la necesite, acuda á la casa de la ciudad donde se le dirá el parage en que hay que ir para recibirla mediante recibo, y promesa de restituirla después que hayan pasado todas las divisiones del expresado exército de observación.

"8º. En los días que las tropas francesas pernoctarán en esta ciudad, no se permitirá, que persona alguna vaya por las calles de la ciudad desde las diez de la noche hasta el amanecer sin luz, para evitar todo lance, que pueda ocurrir.

"Y como todos los vecinos de esta ciudad tienen bien acreditada su lealtad, amor, y obediencia á nuestro amado rey y señor, es por esto, que se ha mirado por demás imponer pena alguna para la puntual observancia de quanto va expresado en el presente edicto; pero se me haría muy sensible el que hubiese alguno, que olvidando su justo deber, faltase en alguna de las cosas, que quedan prevenidos; pues deben estar todos bien persuadidos, que cualquiera falta, por mínima que sea, será castigada con el mayor rigor.

"Gerona 10 de Febrero de 1808.-- Joaquin de Mendoza.-- De acuerdo del Muy Ilustre Ayuntamiento.-- Juan Perez Claras, Secretario".

Emilio Grahit y Papéll




Guillaume Philibert Duhesme, General de divisió (1766 - 1815). (Wikipèdia)



Napoleó, rei d'Itàlia, 1805. Oli sobre tela d'Andrea Appiani. 100 x 75 cms. Kunsthistorisches Museum, Viena. (Wikipèdia)



Canó d'època napolèonica als Jardins de Pedret.



Napoleó, emperador dels francesos i rei d'Itàlia, 1805. Jean-François Garneray, gravat per Pierre-Michel Alix. (Wikipèdia)



Fusellers dels regiments francesos de línia. (Wikipèdia)



Oficials d'infanteria lleugera francesos 1803-1815. Richard Knötel, Uniformenkünde. (Wikipèdia)



Joachim Murat, Príncep de l'Imperi, Gran Duc de Clèves i de Berg, rei de Nàpols en nom de Napoleó el 1808 (1767-1815), Mariscal de França el 1804. (Wikipèdia)


Bibliografia.

Extret de "Reseña histórica de los Sitios de Gerona en 1808 y 1809". Emilio Grahit y Papéll, Imprenta y libreria de Paciano Torres, Gerona. 1894.


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