Día 20 de setiembre de 1809.

Santoral: D. Sebastián Pérez de Campos de día anterior: el artículo titulado Viva Fernando VII viva Gerona: y noticias de Tarragona del 29 de julio y de Valencia del 4 de agosto.

Sucesos del sitio.

Durante la noche anterior hicieron una salida los subtenientes D. Antonio Olivares del tercio de Cervera y D. Antonio Bibern del regimiento de Ultonia con 50 hombres, al objeto de recoger los armamentos y despojos de los enemigos. Cuéntase que esta guerrilla se horrorizó tropezando en medio de la oscuridad con tantos cadáveres. En el trecho que le fue dable recorrer contaron hasta 156 muertos, no habiéndoles sido posible contar los que se hallaban en las brechas de Alemanes, San Cristobal y sus ruinas, ni los de las inmediaciones de San Daniel y montaña de Montjuich donde no llegaron por haberselo espresamente prohibido el general gobernador. Dieron aquellos oficiales y soldados pruebas de sus sentimientos de caridad, arrimando los heridos á las casas inmediatas á la torre Gironella para poder recojerlos de allí y conducirlos á los hospitales. Á uno de estos infelices que hallaron desnudo por haberle quitado las ropas un miguelete que le había creido muerto y se hallaba allí presente, le vistió este mismo, le dio agua para apagar su sed y le estuvo cuidando hasta que amaneció. Recorriendo dicha guerrilla las brechas y campos inmediatos recojió 500 fusiles y gran cantidad de picos, palas y demás útiles de zapadores, todo lo que se introdujo en la plaza.

Al amanecer salió por la puerta del socorro D. Francisco Jacoby, subteniente de Borbon, con 60 hombres, para introducir en la ciudad á los heridos y conducirlos á los hospitales. Pudieron verificarlo con algunos, pero no con todos, por no haberlo permitido la proximidad de los enemigos y sus baterías. Intentóse ejercer el mismo acto humanitario con un capitan que se observó herido al pié de una brecha, pero al volver por él se le halló muerto.

El general Alvarez ante su resolucion invariable de no querer entrar ni una vezx en tratos con el enemigo, no quiso proponer una suspensión de hostilidades para enterrar los muertos y recojer los heridos. Creyó haber cumplido con su deber disponiendo lo necesario para intentarlo y llevarlo á cabo con los que fue posible.

Los heridos enemigos que fueron recojidos y conducidos á los hospitales, manifestaron que las tropas que habían asaltado las brechas se componían de seis mil hombres, sacados voluntariamente de todos los cuerpos del ejército sitiador, un batallón francés, y algunos zapadores, habiendo dirijido la operación el general Verdier.

Durante el día reinó el más absoluto silencio, no arrojando el enemigo, ni un solo proyectil contra la ciudad.

En los campamentos del llano, por la parte del pueblo de Salt, se observaron algunos movimientos de tropas, dirijiéndose varias columnas de infantería y caballería hacia el camino de Figueras.

Entraron en la plaza algunos desertores enemigos.

Oficio de la Junta de Gerona al General Blake.

"Excmo. Sr.-- Despues de los días 9, 11 y 13 del actual en que representó á V. E. esta Junta la lastimosa situacion de esta Plaza, despues de la partida de los comisionados D. Francisco Condom y D. Juan Perez Claras que habran reiterado á V. E. lo apurado de las circunstancias, han crecido y van aumentándose sucesivamente los males, por la falta de pan en la guarnición y vecindario, por la de vino y otros articulos, y por la de carnes, que de muchos días solo se suministran á los hospitales para los enfermos y heridos, á ocasión del número de bueyes de labranza, que los labradores de la comarca introdugeron en la Plaza y aun va á acabar mañana este recurso, de suerte que despues, ni caldo podrá distribuirse á dichos enfermos y heridos.

"El enemigo que regularmente no carece de semejantes noticias, creyendo á la guarnición ya sobradamente debilitada por la falta de alimentos, á las 4 de la tarde del día de ayer intentó la entrada por las tres brechas que tienen practicables en Alemanes, Santa Lucia y San Christobal, haciendo los principales esfuerzos en la primera: pero fue rechazado completamente tres distintas veces y con considerable pérdida suya por nuestra valerosa guarnición y esforzado paisanage, que se cubrieron nuevamente de gloria, cabalmente en un día en que ya no habia podido suministrarse pan á los soldados, circunstancia que presenta un quadro, capaz de inspirar la mayor ternura y compasion.

"No son necesarias reflexiones enérgicas para convencer á V. E. de que los esfuerzos del hombre, han de acabar sin remedio, quando carece de los alimentos necesarios para subsistir, y de que sin ellos no pueden pelear el soldado ni el paisano. Tal es el infeliz extremo á que ha llegado la leal y esforzada Gerona, y que no puede ya superarse, si que quedará inevitablemente sacrificada muy luego al furor de el hambre, y ya que por el peligro de la interceptacion de la correspondencia, no puede la Junta esperar contestacion, según el oficio de V. E. del 18, que en el particular le ha transcrito el Caballero Gobernador, espera por lo menos tener el pronto consuelo, de deber á V. E. y al Exército de su mando, el alivio de tantos males, que por su gravedad y duracion, no pueden ya sobrellevarse.

"Dios guarde á V. E. muchos años. Gerona 20 de Setiembre de 1809.-- Excmo. Sr. D. Joaquin Blake".

Oficio de la Junta á los Sres. Condom y Pérez Claras.

"Al paso que tuvo noticia esta Junta de haber pasado V. V. felizmente la línea del enemigo, no la ha tenido en 5 días del resultado de su comisión, lo que la tiene en el mayor cuidado. El hambre y demas males crecen. Ayer los enemigos intentaron la entrada por las brechas, pero fueron completamente rechazados. Todo se participa al Excmo. Sr. Capitán General en la representación de que se incluye copia. Espera esta Junta continuarán V. V. sus buenos oficios para la pronta libertad de esta Plaza y comunicaran muy luego las noticias que tanto nos interesan.

"Dios guarde á V. V. muchos años. Gerona 20 de Setiembre de 1809.-- Sres. D. Francisco Condom y D. Juan Perez Claras".

Con referencia á los sucesos de este día, dice Saint-Cyr.

"El general en jefe, inmediatamente despues de esta tentativa (el asalto del día anterior) reunió á los oficiales de ingenieros á quienes habia encargado el examen de los detalles de este asunto, para consultarles acerca la posibilidad de apoderarse de las brechas con otras tropas. Su opinion fue completamente negativa. La de los generales Pino y Souham, llamados á esta reunion, fue que los asaltantes habían hecho todo lo que de ellos podía esperarse, y que les parecía temerario tantear un nuevo ataque á viva fuerza, antes que la artillería hubiese destruido las defensas y contrabatido una parte de los flancos de una manera más eficaz.

"El general en jefe, participando de esta opinión, resolvió que se continuasen los trabajos del sitio, apesar de las pocas municiones que quedaban, afin de conservar á lo menos una apariencia de constancia y no descorazonar á nuestros soldados, cuyos sufrimientos y privaciones eran muy grandes. Quiso que se imitase el noble ejemplo de paciencia que nos daban los españoles, á quienes para dominar y vencer su resistencia era preciso mostrarnos superiores en todo. Su solicitud fue inútil; nada pudo ganar. Se persistió en contestarle que todos los recursos estaban agotados; se insistió en que la falta de éxito de la jornada del 19 se debía á la falta de vigor en las tropas. Este reproche escitó sus justas reclamaciones. Por otra parte el hecho había tenido lugar en pleno día; la mayor parte de los oficiales generales del ejército habían sido testigos de sus esfuerzos y de su ardimiento, lo propio que el mismo enemigo, que les tributó la justicia que merecian.

"El general en jefe hubo de encerrarse al solo medio que le quedaba: esto es esperar en el tiempo y la perseverancia, la sumisión de una ciudad que de ningun modo podia quedar reducida, sinó por la falta absoluta de víveres, puesto que todas las municiones de que se había podido disponer en Perpiñan y en las otras poblaciones fronterizas, habían sido consumidas. Ademas, se sabía que la plaza estaba hambrienta; que todos los días se recojian por las calles, cadaveres de hombres y mujeres muertos de inanicion; que las enfermedades, consecuencias inevitables de la estrema miseria, que reinaba en ella, hacian horribles estragos; en fin que la guarnición estaba tan convencida como nosotros mismos de que el general Blake contemplaría desde las alturas de Santa Coloma, la angustia y animosa resignación de los defensores de Gerona, sin moverse, ni intentar nada para libertarla.

"El general en jefe empleó desde entonces todos sus medios para cerrar más estrechamente el bloqueo, tomando como ausiliares al tiempo, la fiebre y el hambre.

"Opinion del coronel comandante de ingenieros y de los oficiales empleados bajo sus órdenes en el cuartel general, acerca la posibilidad de dar un nuevo asalto á la plaza de Gerona, en el estado en que se encuentran los ataques y las defensas.

"Para poder dar el asalto á una plaza, es necesario:

"1.º Que las brechas esten practicables.

"2.º Que los fuegos de artillería sean apagados tanto como sea posible.

"3.º Que las tropas puedan llegar á cubierto al pié de las brechas y formarse en ellas, y que los establecimientos de ataque de un desarrollo proporcionado á las defensas, puedan sostenerlas y protegerlas: si estas diferentes circunstancias no se encuentran reunidas, tanto como lo permitan las localidades, se puede considerar el éxito como imposible.

"Si se quiere aplicar estos principios al estado actual en que se encuentran los ataques y las defensas de Gerona, se verá:

"1.º Que es notorio que ninguna de las cuatro brechas que existen en la parte de recinto, desde la torre Gironella hasta la puerta de Francia, no es practicable; sea por la dureza de sus taludes, sea por que estan adosados ó los revestimientos que habiendo sido batidos demasiado alto, no han podido ser destruidos hasta sus bases, y dejan resaltos, de ocho, diez, doce y quince piés á franquear para entrar dentro la plaza, suponiendo que se pueda subir hasta sus cumbres. La segunda brecha, encima del cuartel de los Alemanes, que vista de cara parece accequible y suficientemente practicable, tiene como las otras este inconveniente, como de ello puede asegurarse, examinándola por detrás, desde la altura de Palau.

"2.º El asalto dado ayer ha hecho ver que existen aun cinco piezas de flanco; á saber: dos en la torre Gironella, una en el flanco del baluarte de San Cristobal y dos hacia la puerta de San Pedro, independientemente de dos piezas sobre la plataforma de la catedral, que, así como el Calvario, el Condestable, el reducto del Cabildo y el de la Ciudad, tiran sobre las aproximaciones.

"3.º Los establecimientos de ataque se encuentran sobre la orilla derecha del Galligans y la orilla derecha que rodea el frente de las brechas, siendo inpracticable, no se puede llegar á su pié sinó pasando por San Daniel, que está distante más de doscientas toesas y de donde no puede desembocarse sino por un solo camino, continuamente visto del Calvario, del reducto del Cabildo, de la plataforma de la catedral y de la larga cortina de San Pedro que nada contrabate. Al pie de las brechas, el espacio muy estrechado y embarazado aun por los escombros, que en muchas partes alcanzando la cresta del escarpado, no permiten formarse convenientemente para subir el taluz en orden y con fuerza: no se está á cubierto por ningun espaldage, ni por ningun accidente del terreno, de la acción de los fuegos de los flancos, y los establecimientos de ataque, los más cercanos, se encuentran alejados de las brechas, más de ciento cincuenta toesas; ningun fuego de fusilería puede favorecer ni protejer los asaltantes, por que no se debe tener en cuenta un estremo de ramal dirijido sobre la brecha de la cortina de Santa Lucia, que, desde allí no tiene acción alguna sobre las otras brechas. En cuanto á las baterías distribuidas sobre el ataque, estan vistas del Calvario, del Condestable, del reducto de la Ciudad, del Cabildo, del baluarte de la puerta de Francia y de los cuatro primeros baluartes del Mercadal, que antes y durante el asalto de ayer, han constantemente disparado sobre ellas, y que dominándolas, atenuan necesariamente su efecto.

"Así pues, no estando las brechas practicables, no estando apagados los fuegos de los flancos, no conduciendo ningun ramal, á cubierto á las tropas al pié de las brechas y no protejiéndolas ningun establecimiento de ataque, á la distancia debida, es evidente que debe tenerse el asalto como inpracticable. El resultado del de ayer, que no ha tenido éxito, por más que las tropas se hayan portado con ardor en tres recargas diferentes, viene en apoyo de este aserto.

"En el cuartel general de Fornells, 20 setiembre 1809.-- El jefe del batallon de ingenieros, Tournadre, mayor.-- El capitan de ingenieros, Menard.-- El coronel de ingenieros, Dianovi".

Los sitiadores, se esforzaron cuanto pudieron para convencer á la opinion pública de que el fracaso que habian sufrido, se debía tan solo á que las brechas no estaban aun practicables. Esta especie la vertió y sostuvo Saint-Cyr, procurando que hiciesen lo propio sus subordinados. De este modo Saint-Cyr á la vez que creia salvar el buen nombre de las armas francesas, desautorizaba á Verdier que sostenía que la derrota sufrida se debia á la debilidad de las tropas que había dado el asalto y á no haberlas auxiliado el ejército de observación. Ya hemos visto como Bucher, que llanamente confiesa la derrota, quiere que fuesen sus compatriotas los que penetraron dentro las brechas de Alemanes.

Si fueron italianos ó franceses ó alemanes los que lograron penetrar por dichas brechas en el primer momento, es cosa que en medio de sus contradicciones no lo han puesto en claro los que escribieron estando ó habiendo estado en el campo sitiador. Lo cierto es que con la primera acometida lograron entrar, luego bien practicables estaban aquellas brechas.

La escusa de que detrás de las cuatro brechas habían hecho los sitiados obras de fensa, es bien inocente, ya que aconsejándolo así el arte militar, los sitiadores que por tan entendidos querían pasar no podían dejar de preveer estos obstáculos, so pena de querer conceptuar á los defensores de Gerona como unos vulgares ignorantes de las reglas de la guerra, en cuyo caso su humillación fuera mayor, resultando éstos vencedores.

La situacion de los franceses no era aquella arrogante brillantez con que se habían presentado para los primeros ataques. La división del sitio, á las inmediatas órdenes de Verdier, además de las muchas bajas sufridas en los combates y el fuego de todos los días, tenía en los hospitales 6.666 enfermos ó heridos. El sétimo cuerpo de ejército á las órdenes de Saint-Cyr, formado por 23.322 hombres, tenia diez mil en disposicion de combatir en cualquier momento, pero los restantes andaban repartidos por casas, enfermerias y hospitales, y en su mayor parte inútiles de momento para el servicio. Sus generales disgustados y confundidos. Verdier rebosando ira contra su jefe y humillado con tantas derrotas, se preparaba para marchar á Francia y Saint-Cyr no menos abatido buscaba un hecho que pudiera presentarse como victorioso para marcharse también con algún resto de nombradía.


Bibliografia.

Extret de "Reseña histórica de los Sitios de Gerona en 1808 y 1809". Emilio Grahit y Papéll, Imprenta y libreria de Paciano Torres, Gerona. 1894.


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Cossos locals de seguretat pública i la repressió del contraband. Minyons d'Àlaba. Dibuix de Fèlix Xunclà. Basat en "Uniformes Militares Españoles. El Ejército y la Armada en 1808", de José Maria Bueno, Málaga, 1982.



Estats majors de plaça. Oficial agregat als estats majors de places. Dibuix de Fèlix Xunclà. Basat en "Uniformes Militares Españoles. El Ejército y la Armada en 1808", de José Maria Bueno, Málaga, 1982.



Estats majors de plaça. Ajudant de plaça. Dibuix de Fèlix Xunclà. Basat en "Uniformes Militares Españoles. El Ejército y la Armada en 1808", de José Maria Bueno, Málaga, 1982.



Estats majors de plaça. Mestre major d'obres. Dibuix de Fèlix Xunclà. Basat en "Uniformes Militares Españoles. El Ejército y la Armada en 1808", de José Maria Bueno, Málaga, 1982.



Estats majors de places i invàlids. Invàlid. Dibuix de Fèlix Xunclà. Basat en "Uniformes Militares Españoles. El Ejército y la Armada en 1808", de José Maria Bueno, Málaga, 1982.



Cos de cirurgia militar i capellans castrenses. Cirurgià de l'exèrcit. Dibuix de Fèlix Xunclà. Basat en "Uniformes Militares Españoles. El Ejército y la Armada en 1808", de José Maria Bueno, Málaga, 1982.